Los acrocordones son crecimientos benignos de la piel que normalmente confundimos con verrugas, aunque no lo son. Mal llamados “verrugas”, los acrocordones son crecimientos de piel que aparecen en zonas típicas, como el cuello, las axilas y las ingles. No son contagiosos y pueden ser eliminados por un dermatólogo.
Ejemplo de acrocordones en el cuello.
¿Qué son los Acrocordones?
Los acrocordones son más habituales en axilas, cuello, ingles y párpados de personas con sobrepeso, diabéticos y en mujeres embarazadas o con SOP. Parecen ser muy comunes en la especie humana, y aparecen en general después de los 30 o 40 años de edad, y con mayor frecuencia en personas con un elevado índice de masa corporal. Suelen aflorar sobre las zonas de más fregamiento, pero no está claro que vengan causados por collares o por el roce con el cuello de la camisa, por ejemplo.
Diferencias entre Acrocordones y Verrugas
Los acrocordones no pueden llamarse en propiedad verrugas, porque la verruga vulgar es un proceso causado por un virus (papilomavirus o virus de la verruga). Por lo tanto no son contagiosos, ni se extienden al cortarlos o tocarlos.
Resistencia a la Insulina y su Relación con los Acrocordones
Uno de los motivos más frecuentes es la aparición de resistencia a la insulina. La acantosis nigricans es un signo cutáneo que puede señalar la presencia de una serie de enfermedades subyacentes. Una de las causas más frecuentes es la resistencia a la insulina, una condición pre-diabética que lleva al organismo a producir más insulina de lo normal para compensar la incapacidad de las células para utilizarla correctamente.
Ejemplo de Acantosis Nigricans.
La insulina es una hormona producida por el páncreas que desempeña un papel crucial en la regulación del metabolismo de los carbohidratos y las grasas. En condiciones normales, la insulina facilita la entrada de glucosa a las células para ser utilizada como energía. El problema es cuando nuestra sangre tiene elevados niveles de glucosa de un modo constante o de forma brusca. Esto es muy peligroso ya que niveles elevados de glucosa pueden generan resistencia a la insulina, es decir, que el páncreas este segregando insulina constantemente ya que las células no responden bien. Además, no usa la grasa acumulada como combustible y promueve su fabricación.
La relación entre la acantosis pigmentaria y la resistencia a la insulina reside en los efectos que tiene este exceso de insulina en el organismo. Además, la insulina tiene un efecto de promoción del crecimiento en diversos tejidos del cuerpo, incluyendo la piel.
La hiperinsulinemia eleva la concentración en sangre de IGF-1 (peptido similar a la insulina) mientras reduce el nivel de IGFBP-3 (proteína 3 de unión al factor de crecimiento similar a la insulina). Al unir el IGF-1 a sus receptores en los queratinocitos (células que forman la epidermis) y no estar el IGFBP-3 para evitarlo, causan hiperplasia (aumento anormal) de esas células de la piel.
Causas de las Verrugas en las Axilas
Aunque los acrocordones no son verrugas virales, existen factores que pueden favorecer su aparición, especialmente en áreas como las axilas:
- Cambios hormonales: Hay muchos motivos que pueden desencadenar el cambio y, según las evidencias, parecen ser más comunes en hombres que en mujeres, aunque estas últimas también tienen algunos factores de riesgo. Las verrugas también pueden aflorar durante el embarazo, dado el cambio hormonal existente.
- Resistencia a la insulina: Las verrugas pueden ser un signo de que se está creando esta resistencia, aunque no tiene porqué indicar que existe un cuadro diabético.
- Alteraciones bruscas en el peso: Los cambios de peso (sobre todo, si es un incremento), podría causar un importante desajuste hormonal que origine la aparición de las verrugas en la piel, incluso en otras zonas del cuerpo.
- Sudoración excesiva: Sudar en exceso puede explicar por qué salen las verrugas en las axilas.
Síntomas Asociados
Además de la presencia de acrocordones, la resistencia a la insulina puede manifestarse con otros síntomas:
- Poca energía después de comer hidratos de carbono y azúcares.
- Puntos rubí (pecas rojas).
- Un vientre prominente con triglicéridos sanguíneos y más si hay hipertensión añadida lo que estará indicando es un aumento de la cantidad de insulina.
- Queratosis pilar: es una piel áspera, como “piel de gallina” que aparece sobre todo en brazos y muslos. Puede haber pequeños “granos” o protuberancias que se confunden con acné.
- Durezas y callosidades plantares intensas: piel tan seca que puede agrietarse.
Diagnóstico de la Acantosis Nigricans
La evaluación clínica debe incluir una revisión detallada de la historia médica del paciente, que puede proporcionar pistas sobre la causa subyacente de la Acantosis Nigricans. Además del examen físico y la historia clínica, es posible que se requieran exámenes complementarios para confirmar el diagnóstico y determinar la causa subyacente. Estos pueden incluir pruebas de laboratorio para evaluar los niveles de insulina y glucosa en sangre, y buscar signos de resistencia a la insulina.
Tratamiento de los Acrocordones y la Resistencia a la Insulina
El tratamiento de la acantosis nigricans se enfoca principalmente en abordar la causa subyacente de esta afección dermatológica, además de mejorar la apariencia de la piel afectada.
Los acrocordones pueden eliminarse con cualquier método destructivo correctamente aplicado por un dermatólogo: la cirugía, electrocoagulación, crioterapia o láser-terapia son buenas opciones. Incluso pueden desaparecer si se los liga cuidadosamente con un hilo y se dejan unos días. Es importante volver a recordar que no son verrugas, y que no deben tratarse con los clásicos líquidos antiverrugas de venta en farmacias, ni otros remedios populares basados en cáusticos o irritantes.
Tratamientos para las Manifestaciones Cutáneas
En cuanto al tratamiento de las manifestaciones cutáneas de la acantosis nigricans, existen varias opciones disponibles. Los retinoides tópicos, como la tretinoína, pueden ser útiles para disminuir el engrosamiento de la piel. Las cremas de ácido salicílico y ácido láctico también pueden ser efectivas.
Manejo de la Resistencia a la Insulina
En el caso de la resistencia a la insulina, el tratamiento puede implicar cambios en el estilo de vida, como la adopción de una dieta saludable y la realización de actividad física regular para mejorar la sensibilidad del cuerpo a la insulina. Si la acantosis nigricans está asociada con la obesidad, la pérdida de peso puede reducir las manifestaciones cutáneas. Si la acantosis es causada por un trastorno endocrino, es esencial tratar la enfermedad subyacente.
- Sigue una dieta pobre en alimentos con un índice glucémico alto y en poca cantidad.
- Toma nutrientes con vitamina B6 (Inositol) ya que mejora la resistencia a la insulina. Calabaza, calabacín, legumbres, cereales integrales, etc.
- Toma semillas de lino.
- Toma cada día una cucharada sopera de vinagre de manzana mezclado con agua.
- Come grasas sanas. Los ácidos grasos reducen la inflamación y fabrican ATP (energía).
- Toma prebióticos. Los alimentos prebióticos resisten a la acidez del estómago y a las enzimas digestivas, por lo que ni se digieren ni se absorben, llegan al colon intactos.
¿Pueden llegar a ser malignos?
No, el acrocordón es un crecimiento benigno de la piel. Pueden provocar molestias por roce, torsión, traumatismo o sangrado, y ello puede ser un motivo para extirparlos. Es importante que sean correctamente diagnosticados por un dermatólogo, ya que pueden ser similares a otros crecimientos de la piel de otra naturaleza, como los nevus o los tumores de partes blandas.
Prevención
La prevención de la acantosis nigricans implica controlar los factores de riesgo asociados, tales como mantener un peso saludable, seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio regularmente para prevenir la resistencia a la insulina.
Información Adicional
Ante la aparición de estas mal llamadas “verruguitas”, vale la pena consultar para evitar quedarse con la duda y saber cómo actuar.
Señales en la Piel de la Resistencia a la Insulina
Dr. José Domingo Domínguez Auñón, Especialista en Dermatología.